¡¡Siiii!!
¡Vuestra sección favorita ha vuelto!
...
Sí, la verdad es que me hubiera gustado escribir otro capítulo antes, pero la verdad es que los mejores ya os los he contado... Aún así, he hurgado en mi abotargada memoria y helo aquí el capítulo V de mis peculiares memorias:
Death on the Road
Atención, SPOILER: Al final la palmo... ¿o no? Espera que no me acuerdo bien...
Allá voy.
Erase que se era, uno de mis viajes por el mundo. Viajaba yo, con la tierna edad juvenil, mayor como para que me llamasen niño; pero no tanto para no serlo.
Viajaba yo entonces, con mis compañeros de clase estudiantil, en un autobús de esos escolares; de mullidas sillas por parejas y pasillo en el centro.
Pero ese autobús no era como los que pueden llevarte a Madrid, o a Barcelona, o a Pamplona. Por alguna extraña razón, aquel autobús conducía por el carril de la izquierda. Y es más, su conductor se sentaba a la derecha. De no ser porque nuestra historia acaece en Inglaterra, este hecho sería de lo mas inusual.
Aclarado el siniestro autobús (siniestro por va por la siniestra, y no por la diestra), nos toca ahora aclarar el siniestro (porque es perverso) siniestro (por que es un accidente) que en el sucedió...
Ey.
¿Os habéis dado cuenta?
La palabra siniestro (masculino de siniestra; izquierda en latín)
significa además de izquierdo o zurdo: malvado y accidente.
Y diestro significa: hábil y torero.
¡Eso es muy racista para un zurdo como yo!
¡Xenófobos!¡Bachiburzucs!¡Nazis!
... Ejem... perdón.
Es que voté a Bildu...
Pues eso. Que íbamos tan tranquilos, que si "Hagame el favor de pasarme el té, por favor..." o "...si, un partido de croquet sublime ¿No cree?" cuando de repente y sin previo aviso, recibimos un avieso ramalazo.
Si, un ramalazo. Una hostia con una rama. No se yo si es que habíamos llegado a Hogwarts y el sauce boxeador nos metió una toyina o si el choffer le había puesto demasiado Beefeater a su five o'clock tea y no vio que se salia de la carretera... El asunto es que nos comimos la rama pero bien. Como si tendriamos hambre que se dice en Leaburu.
El hostión fue de infarto. No nos comimos cada uno el asiento del de adelante por que ya nos quedamos sin hambre después de la rama. La señorita... ehh llamemosla Chancha... que se sentaba en el asiento del fondo, que da al pasillo, casi sale volando. Y sin el casi.
A parte de su moratón, no hubo mas daños humanos. En parte por que el conductor iba en la derecha, por que lo que es la zona izquierda del cristal, donde la rama dio, se llevó una bonita raja que daba bastante mal rollo.
Por suerte, el choffer paró y enviaron otro bus que nos llevase al laberinto del Minotauro...
... no, no es coña, es allí donde nos llevaban.
Total, creo que el susto que me llevé aquel día tardó en pasarseme. Pero aunque aquel día libré la muerte en la carretera, no fue la última cita que mantuve con el viejo Grim Reaper al volante...
MUAJAJAJJAJAJAJAJA
Proximo capítulo: Death on the Road II
PD: Realmente no voté por Bildu, sino por los comunistas; que mas zurdos que esos no hay...
Sir Anthonny Otherhouse
lord of Bertxin
and Count of Pototxo