lunes, 5 de marzo de 2012

Mis viajes por el mundo (VI)

Tras mis infortunios por la vieja Albion, la Parca me acompaño en todo el largo viaje al Nuevo Mundo, siempre sentada al volante... Si tenéis el suficiente estomago para aguantarlo, preparaos para un nuevo relato de terror, muerte y sangre al volante... Bienvenidos a:

Death on the road II

Años más tarde de mis andanzas en tierras Anglosajonas, y apenas un año antes del viaje que realicé junto a Yagori, visité por vez primera las costas de America.

En esa ocasión, conocí las paradisíacas tierras de California, hogar del cine y el glamour. Pero no todo fueron playas blancas y atracones en los muchos Hard Rock Caffe, y es que en el "Pais de la Livertad" también tuve un desagradable incidente en la carretera.
Llevaba yo en mi familia americana alrededor de tres semanas. Susodicha familia, consistía en mi oronda madre divorciada y mi hermano; también curioso espécimen. Ah, y gatos. No se cuantos, pero había varios gatos en la casa.
Aunque podría comentar muchas cosas, intentaré ir al grano.

Aunque si que comentaré un curioso dato sobre mi familia. Mi madre americana, tenía un hermano; que también había "adoptado" a una compañera del mismo viaje. Curiosamente, mi prima americana resultó ser una navarrika que también hablaba euskera. No si, "Dios los cría y ellos se juntan"...

Al tema. La cosa fue, que llevando en el país de los yanquis más o menos tres semanas, nuestras familias americanas nos hicieron un pic-nic en un parque público.
Después del evento, nos volvimos a nuestra casica en plan Simpson. Total, que cuando llego a casa caigo en que se me ha olvidado la mochila... ¡¡Mi mochila!!

En la mochila llevaba todo lo necesario para la supervivencia diaria...¿¿Que haría yo sin ella??
Total, que la madre y yo nos montamos en el buga con intención de ir al parque a por la mochila. Y cuando estaba dando marcha atrás, al ver a sus gatos corretear por alrededor del colche soltó algo como: "Algun día voy a atropellar a uno"...

... ¡¡¡Y lo hizo!!!

Uno de los gatos no vio venir la rueda y esta le paso por encima.
Menudo show. Yo, horrorizado. La madre histerica ("¡¡I ran over him!!¡¡I ran over him!!"). El pobre gato, en un charco de su propia sangre, moviendo la cabeza... Agonizando...

La madre corrió. Medio llorando aún, dijo que no podía quedarse y salió con el coche a todo meter. Y yo en el asiento del copiloto flipando. No sabía si estar triste por el gato, abochornado porque había sido mi culpa o acojonado porque mi madre iba conduciendo mientras gritaba y lloraba...

Al final, no se como; llegamos al puto parque. Y la puta mochila no estaba. La madre llamo a mi tío, que vivía a dos pasos y le pidió que se llevará al gato.
Cuando volvimos a casa, mi madre se alegró de que el tío hubiese limpiado hasta la sangre. Y yo también.

Desde entonces veo a los gatos de otra manera. Ver moribundo a uno tan cerca me dejó traumatizado durante una temporada. Pero no fue la única secuela. Al día siguiente, deberíamos haber ido a México, algo con lo que yo soñaba (y aún sueño) . Pero en vez de eso pasamos el fin de semana sin hacer nada. Y el domingo, la madre me dijo que debido a misteriosos problemas familiares, debía pasar mi última semana en EEUU en otra casa.

Aun hoy sigo sospechando que aquella mujer me culpaba de la muerte de su gato. Total, que mi última semana en California la pasé con la familia de otro colega de viaje. Tal vez por ese cambio de dirección, la muerte motorizada no fue capaz de encontrarme...

...ni el fantasma del gato que murió por mi culpa...

Felices sueños... y recordad, que los muertos viajan deprisa...

MUAHAHAHHAHHAHAHA

PD: Proximamente, Amsterdam; alcohol, sexo... y escobillas de baño.



2 comentarios:

  1. y el señor X le dijo a la señora Y:

    "o Marge, si esto no te pone a cien yo no me llamo Homer Simpson"XD

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  2. ...¿?
    creo que este comentario lo querías poner en la siguiente entrada...

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